En marketing digital, una de las opciones por las que podemos apostar es por realizar una campaña de SEO. Es decir, de mejoras de nuestro sitio web y en su contenido para que Google pueda rastrear nuestro sitio fácilmente y entender qué ofrece, por ejemplo, nuestro e-commerce. Sin embargo, el SEO es una estrategia que no tiene efecto a corto plazo pero que garantiza la buena presencia de nuestro sitio Web independientemente de nuestra inversión en publicidad o el número de seguidores en redes sociales, por eso es una de las áreas de marketing que más recomiendo a mis clientes. Y a los que más tarde tengo que demostrar su eficacia. Por eso, ¿cómo medimos el éxito de nuestra campaña de SEO?
- Ponte en el lugar del cliente ¿Cuál sería el éxito para él? Google Analytics y cualquier herramienta de medición del tráfico de un sitio web, nos da múltiples métricas y formas de obtener información sobre el efecto de una campaña de SEO sobre los pedidos, visitas o registros en un sitio Web.
Sin embargo, hay que partir de qué es éxito para nuestro cliente. ¿Aparecer en Google en Top 1? ¿Para qué términos? ¿Superar a un rival online? ¿Rankear por ciertas palabras clave en un periodo de tiempo concreto? - Ponte en el lugar de una agencia. Normalmente nos centramos en unos KPIs (Key Performance Indicators), que nos orientan si vamos o no por el buen camino. Indicadores como el número de URLs indexadas por Google, el número de visitas por posicionamiento natural, nuestra posición en Google para determinadas palabras clave. Pero estos KPIs deben haber sido elegidos en consonancia con el objetivo de nuestro cliente o con lo que aporta valor y beneficio en su sitio web. ¿Para qué sino rankear el posición Top1 si mi cliente no tiene ventas?
Entonces, ¿cómo medimos el éxito de nuestra campaña de SEO?
Muchos pueden ser los objetivos de nuestro cliente y nosotros debemos de mostrarle la información que le es útil, que entiende y que puede valorar si en su negocio aportan beneficio sustancial.
Por ejemplo, nos podemos fijar en el impacto en el tráfico orgánico sobre nuestra marca, esto es, el conocimiento del sitio. Igual que cuando salimos a la calle y leemos continuadamente un rótulo, realizar búsquedas y que nuestro sitio Web aparezca diversas ocasiones citado online mejora el branding o conocimiento del negocio.
El uso del sitio web que hacen los usuarios orgánicos, si una visita permanece unos minutos navegando nos da idea de lo apropiado que es nuestro contenido para esa visita. Analizar la cantidad de tráfico recurrente, que regresa al sitio, las interacciones con distintos dispositivos, incluso las horas en las que nuestro sitio web tiene más actividad, nos ayuda a planificar acciones de marketing más concretas.
Y la probabilidad que ese tráfico se convierta en cliente, realice una compra o se suscriba a nuestro boletín, es decir, medir la calidad del tráfico en nuestra web. Medir el porcentaje de visitas que luego acaban convirtiendo en nuestra web como lo esperamos, los días transcurridos por ejemplo, son buenas claves para aumentar la posibilidad de conversiones en la web de nuestro cliente.
Mostrar unos datos cuantificables pero que nuestro cliente entienda sería el ideal para asegurarnos que nuestros esfuerzos en optimizar nuestro sitio web están dando su fruto, tanto para nuestros objetivos como agencia como para el cliente.